Nuestro despacho se precia de ser una sociedad abierta, a la que todos los abogados que la integran pueden acceder por sus propios méritos. La mayoría de ellos se ha formado en sus filas, y tras ganar una primera experiencia, han completado su formación académica y profesional estudiando y trabajando en los Estados Unidos de América y en Europa.
Ello les da no sólo un especial sentido de pertenencia y aptitud para el trabajo en equipo, sino también la capacitación necesaria para desenvolverse en un mundo globalizado.
Todos -sin excepción- están imbuidos de una cultura de total compromiso con el cliente, sin más límites que los que impone la ética profesional.